"Normalización de la violencia en internet", parte 2
- Asesoria Eduprev
- Aug 28, 2022
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Parte 2
Por: Ana Camila Moreno Félix, Kaori Pino Urakami, Manuel Aceves Pineda, Milene Ruvalcaba, Carolina Aguilar Chávez.
Antecedentes de la violencia en México.
La violencia ha existido desde tiempos remotos, sin embargo, en México los primeros estudios en el tema que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía nos muestran que
“entre 1936 y 1940 México era el país del mundo con la mayor tasa de homicidios, culminando en 1940 con una tasa de 67.4 asesinatos por cada 100 000 habitantes. Sin embargo, a partir de este lapso la tasa empezó a declinar y, así, en 1950 fue de 48 por 100 000; en 1960 de 31; en 1970 de 17; en 1980 y en 1990 de 18 y para el 2000 de 11 por cada 100.000, hasta llegar en 2005 a 9.49” (Botello, 2011, citado en Menendez, 2012)
A pesar de que en México se realizan estudios acerca de las estadísticas de los delitos cometidos, son muy escasos los estudios en donde se investiga las causas o factores sociales, económicos y políticos así cómo aquellos factores que propiciaron la disminución de la violencia en años posteriores.
Sin embargo, a través de la historia de México podemos observar que los niveles de violencia crecen a medida que los acontecimientos significativos suceden. Por ejemplo, después de la independencia de México, en 1821, el país se vio en una situación llena de conflictos que afectaron a la población en general. Las batallas entre conservadores y liberales no terminaron después de la firma del plan de Ayutla porque fue a partir de aquí que se comenzaron a formar las primeras bandas de delincuencia, debido a la inestabilidad política en la que se encontraba el País. (Sanchez, 2011) Desde entonces, por distintas razón y situaciones los niveles de violencia en México han incrementado de forma exponencial.
Ahora que se ha dado un antecedente de cómo es que la violencia ha afectado a la comunidad mexicana, parece prudente definir este fenómeno y las divisiones que puede llegar a presentar.
Fenómeno de la violencia.
El fenómeno de violencia así como el fenómeno de salud y su campo extenso poseen inmensas razones por las cuales disponer su presencia de manera explícita en situaciones multicausales. Describir un concepto tan volátil como la violencia desde una perspectiva meramente personal tiene una dificultad que hay que considerar sin cometer digresiones, si es que se trabajara desde la perspectiva personal (Falcon, 2008).
Para no prescindir, la teoría de la violencia del noruego Galtung J., (2004), es una de las teorías más completas, es útil para describir el fenómeno de violencia divido en tres clases sin caer en digresiones a partir de una macro estructuración de clases de violencia en el que delimita su amplitud a través de su representación ‘’TV’’. El ‘Triángulo de violencia’’ en representación del fenómeno de violencia no permite clasificarlo como dicotómica entre las concepciones expansivas y restrictivas de violencia, puesto que, lógicamente la deslinda su estructural concepción sistemática (Giménez, G. y Jímenez, R. 2017).
Esta teoría y su respectiva representación ofrecen ventajas sobre la concepciones porque deslinda el punto de vista conservador que considera al ser humano como el centro de todas las cosas y el fin absoluto de la creación, dando importancia al campo ecológico de la violencia de la naturaleza y generando una concepción más amplia hacia el entendimiento de la violencia.
Es la violencia directa en el vértice del triángulo la parte visible del comportamiento humano y responde a conductas específicas de violencia de manera física, verbal o psicológica. Después la violencia estructural, considerada la peor (Galtung, 2002), se centra en la composición de estructuras que deshabilitan la armonía total o parcial de las necesidades y se define, en la negación de las mismas. Finalmente, la violencia cultural, de forma breve, funciona como creador de un encuadre legitimador de la violencia a partir de ideologías inmanentes de la misma que se heredan. Esta última, suele proyectarse a través de transferencias (Giménez, G. y Jímenez, R. 2017).
La naturaleza de estas tres clases no queda aislada una de otra. Existe una relación entre ellas, y aunque de ningún modo podría definirse una relación lineal entre la violencia directa y violencia estructural, cabe resaltar que la multicausalidad de la violencia directa suele verse manipulada por la violencia estructural y socialmente justificada a través de la violencia cultural. Cabe resaltar que para Galtung, la violencia estructural no se minimiza a la desigualdad en términos económicos y sociales solamente (Giménez, G. y Jímenez, R. 2017).
También abarca la pobreza condicionada estructuralmente a través de planeaciones en el que el acceso a bienes y servicios primarios se reduce. Respecto a la violencia cultural, trata sobre todo, aquellos aspectos que justifiquen y legitimen la concepción del acto o ideas de la violencia estructurada y directa.

A pesar de definir este fenómeno en 3 grandes ámbitos hay que limitarlo y adaptarlo a la cultura mexicana como se abordará a continuación.
Todo lo expresado en éste blog es propiedad y responsabilidad de cada autor.



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